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Discurso de apertura de Luz Stella Murgas en el Congreso Naturgas 2023
Nacionales
Publicado en 27/05/2023

Buenas tardes a todos. Bienvenida señora Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez; señor Andrea Stegher, Vicepresidente de la Unión Internacional del Gas; señora Ana María Duque, Presidenta del Consejo Directivo de Naturgas.

Un saludo especial al señor Carlos Pascual, Vicepresidente de Geopolítica y Relaciones Internacionales de Standard & Poors Global, y al Alcalde Jaime Pumarejo, gracias por su hospitalidad y afable recibimiento.

Una cordial bienvenida a los representantes de nuestras compañías afiliadas, a los lideres y expertos del sector; en especial a Ricardo Roa, Presidente de Ecopetrol, a quien le auguro éxitos en su gestión. A las autoridades gubernamentales y congresistas que nos acompañan, a los colaboradores de la industria, que con esfuerzo y talento transforman la calidad de vida de muchos colombianos. A la comunidad indígena Wayuú, habitantes del Barrio Ciudad Modesto de Barranquilla, y en general a todos los usuarios presentes aquí hoy, que son la razón última de todo lo que hacemos. A mis colegas gremiales, académicos y a los medios de comunicación, les agradezco su presencia.

Es para mí un honor estar por tercera vez, presidiendo el Congreso Naturgas en Barranquilla, tierra vibrante y llena de encanto, miembro de la Organización Mundial de ciudades energéticas.

Quiero enviarle un saludo a Agueda Rodríguez, la usuaria número 1.000 del proyecto Gas Social, ejecutado por Gases del Caribe gracias al convenio entre la Alcaldía de Barranquilla y Ecopetrol. Ella vive en el barrio Ciudad Modesto y se encuentra aquí con nosotros, feliz de contar con el servicio de gas natural en su vivienda. Bienvenida Agueda.

En un mundo en constante evolución, emerge la oportunidad de transformar los negocios en motores de cambio positivo para la sociedad y el planeta. John Mackey, cofundador y Co-CEO de la cadena de supermercados Whole Foods, autor del libro Capitalismo Consciente, señala que “el propósito de los negocios es mucho más que generar ganancias. Su propósito es contribuir de manera significativa al bienestar humano y al florecimiento de la vida en este planeta”. Se trata de un enfoque que aborda los problemas sociales y ambientales al tiempo que se generan beneficios económicos sostenibles.

La industria de gas natural es una industria consciente, cuyo propósito superior es promover calidad de vida aprovechando el poder transformador del gas natural. Con una agenda de lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente, dirigida a lograr el bien colectivo.

La tarea de masificación del servicio que hemos realizado en las últimas décadas no son sólo inversiones, es el esfuerzo entretejido y formador de mucha gente - la mayoría de los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3- cuyos caminos hoy se proyectan con más dignidad y mayor confianza. El propósito último de la energía es la calidad de la experiencia humana, el recorrido vital de las personas, de las familias. Esa vitalidad nos lleva a concluir de manera inexorable, lo que ha expresado el profesor Scott Tinker, de la Universidad de Texas “Se necesita energía para reducir pobreza, pero no se puede reducir pobreza sin energía”.

En Colombia, el consumo de energía primaria en 2021 fue de 10.422 kilovatios hora por persona, menos de la mitad que Chile. Nos superan todos los países de la región menos Haití, incluida Bolivia, Ecuador y Guatemala. Dado que según el Banco Mundial el 70% de la población de nuestro país es pobre o vulnerable -es decir con alta probabilidad de caer en la pobreza- combatir la precariedad energética no puede ser otra cosa que un propósito nacional.

Hemos avanzado de manera importante en cubrimiento, tanto en electricidad como en gas domiciliario, pero nos falta mucho por hacer. Es por eso por lo que en nuestro país la torta energética debe crecer, o de lo contrario la transición no será más que un sueño, porque no podemos luchar contra el cambio climático dejando a nuestra gente en la pobreza.

Es importante tener en cuenta ejemplos internacionales como el del Reino Unido, que, en su Estrategia de Seguridad Energética publicada en 2022, para reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, ha decidido utilizar completamente su gran reserva de gas natural del Mar del Norte, usar las cavernas vacías para el almacenamiento de CO2, traer hidrógeno para usarlo como complemento al gas natural y usar su experiencia costa afuera para apoyar el sector eólico marino. Como resultado de esos planes, el Mar del Norte seguirá siendo la base de la seguridad energética británica, haciendo posible cumplir las metas de descarbonización a 2030, reemplazando térmicas a carbón por térmicas a gas. Colombia puede hacer los mismo con su provincia gasífera en el Golfo de Morrosquillo.

Lo dijo la revista The Economist en febrero pasado, y leo textual “para cumplir con la meta de carbono-neutralidad de 2050, Colombia debe duplicar su producción de gas natural”. Este consenso, sobre el papel central del gas natural en la transición, se viene consolidando en Europa, Norteamérica, Asia y África. 

Una investigación del Centro de Estudios de Energía confirma esta conclusión: “si Colombia quiere cumplir los objetivos acordados en el Acuerdo de París, debe crecer en un 50% su uso de gas natural.”

Vale mencionar además el reciente pronunciamiento de los líderes del G-7 en Japón, donde este grupo de potencias ahondó en invertir en infraestructura de gas para contrarrestar los impactos de la guerra en Rusia-Ucrania, que sigue generando estrés en los sistemas energéticos europeos. 

La enorme variabilidad de los renovables no convencionales, nos impone un gran reto. Por ejemplo, un día de julio de 2022, el 72% de la electricidad de la red alemana fue aportada por viento y sol, pero apenas un mes antes, otro día en junio, aportó menos del 1%. La inconstancia en la generación a partir de viento y sol, exacerbada por el cambio climático, conduce a que el 60% de la demanda que no puede abastecerse durante estas caídas Señora Ministra, se respalde con electricidad en firme a partir de gas natural. 

En Colombia, la generación de energía eléctrica en los últimos cinco años, sin fenómeno del niño, en promedio fue 80% hidráulica, 12% térmica a gas, 7% térmica a carbón y 1% otros. Durante el último fenómeno del niño de 2015 –2016, la generación fue 52% hidráulica y 46% térmica. Estas cifras revelan que las plantas térmicas han aportado alrededor del 20% de la energía eléctrica en condiciones de hidrología normal y 46% bajo fenómeno del niño. 

Las plantas térmicas a gas se ratifican como un respaldo esencial para la generación hidráulica y complementarán las intermitencias de la generación con renovables. De acuerdo con el IDEAM existe una probabilidad del 82% de ocurrencia de un fenómeno del niño a partir de junio y podría extenderse hasta febrero de 2024. En este escenario, las térmicas a gas serán fundamentales y hoy, a diferencia de fenómenos del niño ocurridos en el pasado, en especial en 1998 y 2015, Colombia cuenta con gas natural local, respaldado por Gas Natural Licuado. Ante este escenario, contar con abundante gas doméstico y un respaldo en firme será crucial para superar sin contratiempos este fenómeno climatológico. 

Este gremio, Señora Ministra está de acuerdo y comparte la voluntad del Gobierno Nacional de luchar contra el cambio climático. Y también celebro el llamado del Presidente Gustavo Petro, de ver este desafío no como un problema, sino como una oportunidad. Esta oportunidad se debe equilibrar con las necesidades y grandes preocupaciones de la gente, que requieren energía en firme, disponible y segura. Señora Ministra, los hombres y mujeres aquí presentes, que encarnan a más de 100 mil colombianos de la industria, estamos en capacidad de sumarnos a esta tendencia global, de trabajar juntos con el gobierno, con el gas natural como eje de la transición energética en la que está comprometida Colombia.

Como dijo en marzo pasado el Presidente de la COP28, en el marco del CERAWeek en Houston, la industria de hidrocarburos debería ser líder en la reducción de emisiones. Es la que debe liderar con contundencia ese proceso, porque tiene el músculo financiero para hacerlo. Pero como también recalcó, se necesita el apoyo de los gobiernos para lograrlo, para canalizar los recursos financieros que se requieran y adoptar las medidas regulatorias necesarias.

El compromiso de los agentes de la cadena de gas natural en Colombia en esa materia está respaldado en hechos: Ecopetrol superó en un 25% su meta de reducción de emisiones de CO2 -293 mil toneladas- gracias a la implementación de proyectos nuevos. Hoy un 95% de sus instalaciones cuentan con detección y medición de emisiones de metano, identificando 1.085 fugas, de las cuales ya se cerraron 184 y se avanza en las faltantes.

Ecopetrol logró reducir entre 2017 y 2020 un total de 23,3 millones de pies cúbicos de gas que se quemaban, 600 mil toneladas de CO2 diarias. EPM, anunció generación de hidrógeno verde a partir del biogás producido en las plantas de tratamiento de aguas residuales de San Fernando y Aguas Claras, el primer proyecto de su tipo en Colombia. Hocol sembró 1,93 millones de árboles desde 2019 y redujo 17,5 gigavatios con eficiencia energética. TGI compensó a través de bonos de carbono 72 mil toneladas de CO2 y Promigas adelantó revegetalización de 333 hectáreas, así como la compensación de 697 hectáreas. Canacol aumentó en un 32% el uso de energía solar en sus operaciones.

Sin duda la pieza clave del rompecabezas para acelerar la transición energética es el gas natural. Como lo aseguró The Economist en días pasados, reducir la producción de gas haría más difícil la transición energética en Colombia.

 

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